Let´s go get stoned / The Battle is in the air.
Estamos. Todavía acá. Y no se cuál de las dos cosas es mas difícil si estar o estar acá.
Harto, la verdad, del frío que tanto me gusta. Ya, podría aflojarle un poco a las frigorías el dueño del celestial freezer del universo.
El tiempo es ahora o nunca, te traga el subterráneo.
Estoy esperando a un mago, en el altillo de un negocio de ropa, el cual es mi estudio de diseño. ¿Me parece normal a mí o es raro?
Querido diario íntimo: Hace mas de una semana que me colocaron un shot en el orto del diario y la verdad que no lo extraño, quisieron abaratar costos, y ahora parece que el dueño del boliche (sponsor principal del suplemento) esta considerando en cerrar porque no le dan los números y de seguir abierto no va a publicitar más en ningún lado, jajajajajajaaja.
La risa psicótica de la venganza. HAHAHAHAHAHAHA, para ser más precisos.
El diario quedó en off-side y en bolas, como en esos sueños en los que volvemos al secundario en pelotas y sin haber estudiado la lección.
Me imagino a los saca-cuentas del diario pensando en “Bueno, al menos no hubo perdidas” y me imagino a mi festejando como un leprechaun irlandés que salta por los aires de alegría sin saber bien por qué y la verdad es que estoy saltando sin saber por qué. En bolas también estoy, pero a mi las bolas no se me arrugan con el frío.
Medité mucho en este tiempo suspensivo y de semi-empleo en el que me encuentro y se abrió la prueba del abanico de la madurez. ¿En que consta?
Cuando la vida se aburre de mirar tele en un sillón viene y te saca las rueditas de la bicicleta y te deja tecleando. Si venías bien y sin joder a nadie te da chances, si te estabas pasando de vivaracho te hunde un ladrillo hueco en el plexo solar.
Las chances son el abanico. Y la prueba de la madurez es elegir en ese abanico una opción a criterio, como cuando uno elige el color para pintar una casa y le dan ese talonario con colorcitos.
En este caso mis opciones fueron variadas, dentro de toda la gama elegí la más pacífica y políticamente correcta. Decir Ah, mirá vos que loco che, sale un finito.
Pero hubo otras dignas a las cuales estuve tentado, por ejemplo:
-Vía legal: Juicio, demanda, etc.
-Vía ética y laboral: Denunciar la censura del diario, maltrato a la prensa y
bobadas por el estilo.
-Vía infantil: Depresión, vuelta al hogar paterno, psicoanálisis.
-Vía Scarface: Comprar un lanzagranadas y decirles “Sei jelo to mai litel
fren” y volar el diario a la mierda después de tomarme una raya
de merca del tamaño de una salchicha parrillera.
-Vía imbécil: Mandar una carta al diario denunciando el hecho para que se haga
público.
-Vía casi igual de imbécil: Mandar una carta a otro diario denunciando el hecho
para que se haga público.
-Vía surrealista: Votar a Menem, y poner una foto de Fangio en el espejo del
baño.
-Vía coherente: Autocrítica, auto análisis. Raciocinio y sensatez.
(totalmente descartada desde el vamos).
-Vía Combustible: Prender fuego el diario. (Tentadora, todavía tengo el bidón
lleno).
-Vía Sadomasoquista: Ir al diario y pedir disculpas y devolver los sueldos
abonados desde el primer mes (jajajaajajajaj).
-Vía Ultra Idiota: Enrolarme en el Partido Obrero y luchar por una justicia social
utópica y un mundo sin cerdos capitalistas.
-Vía Murguiarteana: Invitar a los amigos a tomar cerveza y morfar. (también
fue hecho)
-Vía Pacifista: Poner un disco de Marilina Ross y pensar en que nuevas puertas
se abren cuando todo esta mal, que la crisis es cambio y que
quién busca encuentra.
Bueno estas fueron algunas, básicamente enumeré las mas potables, hubo otras igual de divertidas y tristes y violentas.
Entonces al lunes 06 en el que me encuentro, no tengo un “trabajo estable”, sigo haciendo lo que se me canta el choto.
La reputación del Dr No sigue a salvo como la virginidad de una mujer realmente muy fea.
No ando demasiado inspirado para escribir, pero tampoco me calienta demasiado.
Soy mi propio jefe de un empleado bastante boludo. Pero no me puedo echar porque no me puedo pagar indemnización y estoy trabajando en negro.
Pero como también soy el inspector de la DGI no pienso blanquearme.
Tampoco me voy a tener que bajar los pantalones porque me cogeria a mi mismo y la verdad no me atraigo tanto.
No tengo un auto, ni cable, ni hijos, ni préstamos hipotecarios, ni ropa cara.
No estoy orgulloso de eso tampoco. Pero no me importa.
No me importa que me hayan echado del diario, ni que me hayan robado el mp3, ni el frío, ni que hayan aumentado la cerveza, ni tener que enumerar cosas que no me molestan.
La vida se levantó de su sillón para patearme las rueditas de la bicicleta y ya que está levantada le voy a pedir si por favor no me puede chupar un poco las pelotas.
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